Actividad aérea en Cartagena
En los últimos años a nivel mundial han aumentado los desplazamientos aéreos de personas, entre países y a nivel interno. Según los datos el banco mundial, desde 1980 hasta 2018, las partidas de vuelos se han triplicado, pasando de casi 11 millones a más de 36 millones a nivel mundial.
Esto ha tenido grandes repercusiones sobre sobre la economía, puesto que el desplazamiento continuo de personas da dinamismo a los territorios receptores, al jalonar actividades económicas como el turismo, el comercio, las comunicaciones, entre otras,
En Colombia, según las cifras de Aerocivil, en los últimos 30 años los pasajeros movilizados a nivel nacional se incrementaron un 325%, y los pasajeros en vuelos internacionales un 811%. Esto significa que Colombia aumentó considerablemente su actividad aérea, trayendo consigo una enorme dinámica económica de la que dependen miles de empleos.
Cartagena registra un incremento durante el mismo periodo del 639% en los pasajeros que llegaron a la ciudad en vuelos nacionales, y los que llegaron en vuelos internacionales aumentaron en un increíble 2043%, puesto que pasamos de recibir 24 mil pasajeros internacionales a más de 521 mil. es decir, más de la mitad de la población de la ciudad.
Si se suman los pasajeros internacionales que arribaron a las 5 ciudades principales, es decir, Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena, durante el 2019, la cifra supera los 6,5 millones de pasajeros, de estos el 66% los recibe Bogotá, el 14% Medellín, el 8,4% Cali y el 7.7% Cartagena, por delante de Barranquilla que solo recibe el 2.5% del total.

Cabe destacar que muchos de los pasajeros que vienen con destino a Cartagena, deben hacer escala en Bogotá, Si se analizan los vuelos nacionales originados en Bogotá, para 2019, estos movilizaron a más de 9,5 millones de pasajeros, de cuales 1,2 millones tenían destino a Cartagena, el segundo destino después de Medellín el cual fue destino de 1,8 millones de pasajeros.
Conocidas estas cifras, no quedan dudas de la enorme importancia que tiene para Cartagena la actividad aérea. Con la pandemia, esta fue una de las más afectadas a nivel mundial. Muchas empresas y negocios que giran alrededor de la actividad aérea y el turismo sufrieron cuantiosas pérdidas, incluso obligando a algunas a cerrar.
Con el anuncio de la reapertura de rutas aéreas en Cartagena y otras ciudades a partir de septiembre, se pretende iniciar la recuperación económica de aquellos sectores que dependen de la movilización aérea de pasajeros.
Se espera que esta y otras actividades económicas se retomen con responsabilidad
por parte de la ciudadanía y el gobierno nacional y local, ya que el país sigue con riesgo por la pandemia y esto podría aumentar significativamente los casos y las muertes, si no se mantienen los controles y medidas de bioseguridad.
Jóvenes con potencial
De acuerdo con las Naciones Unidas, no existe una definición universalmente aceptada, sin embargo, se parte de que los jóvenes son aquellas personas de entre 15 y 24 años.
Según el último censo realizado por DANE, para el final del 2020 Colombia tendrá más de 8 millones de jóvenes, de los cuales 179 mil serán cartageneros, representando el 17.4% de la población de la ciudad.
El DANE al generar sus estadísticas del mercado laboral de la juventud, considera como población joven al grupo de edad que está entre los 14 y 28 años, particularmente en Cartagena, 64 mil jóvenes se encontraban ocupados.
Los sectores donde más se concentra la fuerza de trabajo juvenil son el comercio, hoteles y restaurantes con un 33% de los ocupados, seguidos de los servicios comunales, sociales y personales con un 22% y la industria manufacturera con un 16%, lo que significa que 7 de cada 10 jóvenes ocupados pertenecen a estos sectores.
Los jóvenes son «los portadores de la antorcha» de la Agenda 2030, ya que tienen un papel fundamental que desempeñar, no sólo como beneficiarios de acciones y políticas en la Agenda, sino como socios y partícipes en su implementación.
En el mediano plazo serán el motor de la economía y los líderes del futuro, sobre estos deben existir estrategias que les permitan el desarrollo de sus capacidades, pero también les garanticen niveles de vida adecuados. Por esta razón, políticas dirigidas exactamente a atender sus necesidades y particularidades pueden ser claves para que no se queden atrás, como lo quieren la agenda 2030 de los ODS.



