Resultados del Informe Calidad de Vida 2017
El pasado jueves 9 de agosto el programa Cartagena Cómo Vamos presentó el Informe de Calidad de Vida 2017, el evento contó con la participación de más de 300 asistente entre los que se encontraba la Alcaldesa (e) Yolanda Wong Baldiris, quién resaltó la importancia de esta medición para la Administración Distrital.
Principales resultados del informe
En términos generales el informe evidencia una desmejora en la calidad de vida de los cartageneros, así como un retroceso en el acceso a la información en la ciudad, debido a la falta de datos y poca fiabilidad de algunos indicadores que no permite conocer a fondo la situación de Cartagena.
Al igual que en 2016, NINGUNA Institución Educativa Oficial (IEO) alcanzó el nivel A+, el más alto en las pruebas SABER 11.
El aumento de la matrícula escolar, que mostraba una tendencia decreciente desde hace más de 6 años, aumentó en 2017 pero no el esfuerzo del Distrito por captar niños y jóvenes cartageneros, sino a la migración de venezolanos a la ciudad.
Los embarazos en niñas y adolescentes entre 10 y 19 años fueron 3.663 en 2017, es decir el 20% del total de embarazos en la ciudad. La ciudad no ha logrado reducir este porcentaje.
La producción de kilogramos de residuos sólidos por persona sigue aumentando sostenidamente, llegando en 2017 a generarse 1,24 kg diarios por cada cartagenero.
El número de visitantes a las playas durante el primer puente festivo del año 2017 se redujo en comparación con 2016, pasó de un promedio de 85.118 a 82.744. Sin embargo, la basura recogida pasó de 20 a 25 toneladas.
Se amplió la brecha entre los hogares que cuentan con acueducto y los que no tienen alcantarillado, pasando de 6,33% a 6,56%. Además, mientras la cobertura de acueducto en la zona urbana de Cartagena es del 95%, en lo rural es de solo 4,6%. Situación similar con la cobertura de alcantarillado que está en 91,4% en lo urbano y solo 1,9% en lo rural.
Los homicidios registrados en 2017 superaron a los de 2016, pasando de 238 a 252, es decir, un incremento de 14 homicidios de un año a otro impulsado por el aumento de casos bajo la modalidad de violencia interpersonal a causa de las riñas comunes, reflejo de los problemas de convivencia ciudadana en la ciudad.
Aunque en 2017 disminuyeron los accidentes de tránsito en la ciudad, pasando de 5.976 en 2016 a 5.282, se mantuvo en el 27% la proporción de accidentes que involucran a una motocicleta. Además, en la ciudad 6 de cada 10 atropellos a peatones vinculan una moto.
El 55,3% de los ocupados en Cartagena se desempeñan en actividades informales como el rebusque y, aunque la tasa de desempleo continúa siendo inferior a la media nacional, no logró mostrar disminuciones, manteniéndose en el 9%.
Se retomó la tendencia decreciente en los niveles de pobreza de la ciudad luego del aumento en 2016; aún así, el 27% de la población, es decir, más de 276 mil cartageneros viven en condición de pobreza y el 4,1%, lo equivalente a 42 mil, viven en indigencia.
Los resultados de este informe indican que hoy el principal reto para Cartagena es el fortalecimiento de su institucionalidad pública. La crisis de institucionalidad, traducida en constantes cambios de alcaldes y funcionarios, ha impedido la definición y puesta en marcha de estrategias contundentes para mejorar exponencialmente los indicadores de calidad de vida y se han descuidado algunos que marchaban relativamente bien.
Retos
Es el caso del aumento de la mortalidad materna por cada 100 mil nacidos vivos en la ciudad, que tenía hasta hace algunos años una tendencia a la baja y en 2017 aumentó considerablemente: pasando de 31,8 en 2016 a 68,23. Fueron en total 13 muertes en 2017 y ocurrieron en barrios donde las viviendas son de estratos 1 y 2 en su gran mayoría. Con un adecuado seguimiento y control prenatal, todas las muertes maternas son evitables.
Así como de la educación de media técnica, donde se presentó una dramática disminución en el número de matrículas ya que se redujo en más de un 25% con relación al 2016. Esta reducción afectó especialmente el nodo de Logística y puertos, pasando de 1.230 matriculados en 2016, a tan sólo 134 en el 2017. Esto se debió a la falta de condiciones mínimas y a la crisis de infraestructura física en la institución educativa Fernández Baena que era la sede principal en la que se prestaba esta formación.
Además, no es posible establecer el estado del ambiente en Cartagena, porque no se cuenta con mediciones de aire y ruido actualizadas, ni el déficit habitacional cualitativo y cuantitativo, por la baja calidad de los datos actuales.
Lo positivo:
Por otra parte, es posible destacar los algunos avances enmarcados en los indicadores de salud.
Por años, Cartagena presentó tasas de mortalidad por Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) superiores al promedio del país, por lo que el Gobierno Nacional priorizó a la ciudad para la intervención de este indicador. Es así como gracias a las acciones realizadas por el Distrito de la mano con el Ministerio de Salud, como la activación de salas IRA en algunas entidades hospitalarias y la focalización en la localidad 2, donde más se reportaron casos, se logra reducir el indicador a casi la mitad en 2017 con respecto al año anterior, pasando de 26,88 en 2016 a 13,51.
Las tasas de incidencia de enfermedades transmitidas por vectores para 2017 se redujeron, lo que indica que las acciones efectuadas por el Distrito para afrontar brotes de Dengue, Zika y Chikunguya están logrando resultados positivos en la manutención de la salud pública. El esfuerzo se ha hecho con trabajo pedagógico desde los colegios.
Reflexiones mesa de análisis
El evento de presentación del Informe Calidad de Vida 2017, finalizó con una mesa de análisis sobre cuatro temas principales: educación, seguridad, calidad del gasto y desarrollo económico y sostenible.
Alejandra Espinosa, directora de la Fundación Mamonal fue la encargada de analizar los datos de educación y señaló que es necesario revisar de manera urgente la infraestructura de las Instituciones Educativas del Distrito. Además, aseguró que se hace necesario innovar en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Por su parte, Luis Fernando Trejos director del Centro de Pensamiento UnCaribe, hizo un llamado a la Administración Distrital para que formule una política pública de seguridad y convivencia que incluya los diferentes sectores sociales de la ciudad. Igualmente enfatizó en que Cartagena debe abordar de manera integral la seguridad, especialmente en el tema de pandillas, así como brindar mayor oferta institucional a los barrios que concentran los porcentajes más altos de violencia homicida en el Distrito.
Para Jaime Bonet, gerente del Banco de la República, en Cartagena no hay cambio importante en el aumento y en la ejecución del presupuesto. «Se necesitan mayores ingresos para lograr atacar temas claves de desarrollo. El Distrito debe implementar buenas prácticas en la calidad del gasto, así como sistemas de manejo de contratación pública transparentes». Además, invitó a la Alcaldía Distrital a reducir la tendencia a la contratación directa.
Por último, Tania Jiménez Decana de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar, manifestó su preocupación por la brecha que existe entre la zona rural y la zona urbana. “La ciudad debe encontrar las formas como mejorar los niveles precarios que tiene la zona rural en acceso a los servicios públicos, vivienda digna y en bienestar”. Otro aspecto que requiere atención es la calidad del aire y la calidad del agua, Jiménez asegura que estos temas influyen en la salud humana. “En la ciudad no sabemos cómo los procesos urbanísticos, la movilidad, y las acciones del hombre están influyendo en la calidad del aire y el agua y eso tiene repercusión en el bienestar y en el desarrollo”