María Claudia Peñas Arana – Coordinadora General Cartagena Cómo Vamos

Desempleo, informalidad y pobreza… Cartagena lleva más de 10 años trabajando para mejorar estos aspectos de calidad de vida. Y los avances son notorios, pero aún hay varios retos pendientes.

Hace 10 años, Cartagena tenía una tasa de desempleo de 15,6% y superaba el promedio de 13 ciudades encuestadas en ese entonces, que era de 13,9%. En 2014, la tasa de desempleo de Cartagena bajó a 7,8%. Quedó bajo el promedio nacional (8,1%) y se reportó incluso un mejor desempeño que Bucaramanga (8,1%), Área Metropolitana de Medellín (9,9%) y Manizales (9,2%).

A pesar de esta mejora, Cartagena -junto con Barranquilla- tuvieron tasas más altas de subempleo o informalidad (54% cada una), a las registradas ese mismo año en Bogotá, Medellín y Manizales (44% cada una).

Si le damos a este tema una mirada por género, quienes la tienen más difícil son las cartageneras jóvenes entre 18 y 24 años. La tasa de desempleo para los hombres es de 5,8, pero en mujeres asciende a 10,4: casi el doble. Aunque la brecha de género es notoria en todas las ciudades, en Cartagena y Barranquilla es en donde se ve la mayor desigualdad en desempleo.

En todas las ciudades de la Red Cómo Vamos se presentaron reducciones en las tasas de desempleo entre 2011 y 2013, pero se registraron altas tasas de informalidad, relacionada estrechamente con malas condiciones laborales. El desempleo tiene una incidencia directa en la calidad de vida de los habitantes, porque determina el nivel de ingreso del hogar. En otras palabras, les toca el bolsillo a los ciudadanos.

En este sentido, Cartagena ha disminuido significativamente la población en la línea de pobreza monetaria y miseria, aunque sigue rezagada en comparación con otras ciudades de la Red Cómo Vamos.

En efecto, en 2008 la pobreza monetaria de Cartagena estaba en 40,2% y la miseria en 6,9%. En 2014 la tasa bajó a 26,6% y 4,3% respectivamente. Sin embargo, a ciudades como Bucaramanga, les va mucho mejor, pues tiene un tercio de la pobreza monetaria de Cartagena (8,1%) y un cuarto de la tasa de miseria (1,1%). Bogotá, por ejemplo, registró ese año 10,1% en pobreza y 1,9% en pobreza extrema.

Así va entonces Cartagena en cuanto a desempleo, informalidad y pobreza. Hay mejoras contundentes, pero al compararnos, podemos hacer más.

Con este panorama, la pregunta es ¿qué hacen las ciudades de la Red Cómo Vamos que tienen indicadores positivos en los temas de desempleo, informalidad y pobreza? Las administraciones públicas hicieron alianzas con el sector privado y el cívico de cada ciudad, invirtieron juntos, unieron fuerzas.

Ahí está la pista para los gobiernos entrantes: asumir un rol propositivo, apostarle a soluciones innovadoras y revisar posibilidades de replicar buenas prácticas de otras ciudades. Ya la Red Cómo Vamos les da la posibilidad de compararse y lo que sigue es analizar y tomar las decisiones políticas necesarias para cuidar el bolsillo de los ciudadanos.