Las brechas de género que las mujeres perciben en Cartagena

Fotografía: María Alejandra Romero Solano
En el marco del Día Internacional de la Mujer, reflexionamos sobre las brechas de género que persisten en la ciudad. Reducir estas desigualdades es esencial para impulsar el desarrollo social y económico de las mujeres en Cartagena, quienes constituyen el 52% de la población. Si se buscan cambios reales hacia la equidad, estos deben fundamentarse en las voces y necesidades que ellas mismas expresan. La Encuesta de Percepción Ciudadana 2024 de Cartagena Cómo Vamos, la única representativa por sexo en la ciudad, brinda un panorama claro de cómo se sienten las mujeres y cuáles son los principales retos que enfrentan.
Las cifras reflejan que muchas de las problemáticas de Cartagena tienen rostro de mujer: pobreza, inseguridad alimentaria, violencia de género y desempleo. Al desagregar los datos, las brechas de género se hacen evidentes.
Desigualdades persistentes en percepción de la ciudad y oportunidades laborales
Aunque el optimismo general ha crecido, pasando del 13% al 49% de cartageneros que creen que la ciudad va por buen camino, las mujeres siguen siendo más pesimistas: el 53% considera que las cosas en Cartagena van por mal camino. Además, mientras el 63% de los hombres se siente satisfecho con la ciudad, en las mujeres esta cifra disminuye al 58%, lo que podría estar vinculado a las desigualdades que limitan su acceso a bienes, servicios y oportunidades.
Asimismo, el 65% de las mujeres considera difícil encontrar trabajo. Sin embargo, muestran su resiliencia y determinación por alcanzar la independencia económica, ya que perciben mayor facilidad para emprender, con un 36% en comparación con el 30% de los hombres.
Carga doméstica y pobreza: factores que profundizan las brechas
Las mujeres siguen asumiendo la mayor carga de las labores domésticas: el 34% se dedica a estas tareas, casi seis veces más que los hombres, que solo alcanzan el 6%. Esta realidad limita sus oportunidades de participación económica y perpetúa las brechas estructurales.
Esta desigualdad económica impacta directamente en su calidad de vida: el 45% de las mujeres se autopercibe como pobre y el 53% afirma que algún miembro de su hogar no pudo comer tres veces al día por falta de recursos.
Violencia, inseguridad y baja participación comunitaria
El 41% de las mujeres se siente inseguras en la ciudad, frente al 39% de los hombres. Además, aunque el 13% de las mujeres reporta haber sido víctima de un delito, frente al 10% de los hombres, el 70% no denuncia, lo que sugiere barreras adicionales para acceder a la justicia.
Por otro lado, si bien la percepción de respeto hacia las mujeres ha mejorado: pasando de un 61% de percepción negativa en 2023 a un 37% en 2024, casi 4 de cada 10 cartageneros siguen considerando que en la ciudad persiste un mal comportamiento hacia ellas. Asimismo, las mujeres participan menos en asuntos comunitarios, solo 34% frente al 40% de los hombres. Un factor determinante puede ser la carga desproporcionada de tareas domésticas, lo que limita su tiempo para involucrarse en espacios públicos.
Los desafíos para mejorar la calidad de vida de las mujeres son amplios, y se intensifican cuando confluyen otros aspectos, como la ruralidad, la raza o el estrato socioeconómico. Cada realidad es distinta, y reconocer estas diferencias es clave para cerrar las múltiples brechas existentes.
“Los datos reflejan que no es casualidad que las mujeres hayan expresado un sentimiento generalizado de pesimismo. Para construir una ciudad más justa para las mujeres se requiere un cambio integral: desde lo micro hasta lo macro. Implica cuestionar y erradicar los prejuicios de género cotidianos, pero también promover políticas públicas que aborden las desigualdades estructurales”, afirma Eliana Salas Barón, directora de Cartagena Cómo Vamos.
Desde Cartagena Cómo Vamos recomendamos fortalecer las políticas públicas de equidad de género y trabajar en la reducción de las barreras que limitan su participación económica y social.
Además, resaltamos la importancia de romper los techos de cristal y eliminar las barreras que impiden que las mujeres accedan a espacios de toma de decisión, para que puedan incidir directamente en la construcción de una Cartagena más equitativa.