Tablero Interactivo
Mapa interactivo
Infografías
Boletín

Yoli: la vida de una mujer sin pausas 

Esta historia hace parte del especial Las problemáticas en Cartagena que tienen rostro de mujer‘.

...

Fotografía: Luisa Fernanda Paternina Buelvas

Por: Laura Isaza Carreño, estudiante de comunicación social de la UTB.

Yoli, como le dicen los vecinos en el barrio Bruselas, es una madre y esposa dedicada a las labores de su hogar. Desde muy temprano, a las 5 a.m., inicia su jornada para alistar a su hija antes del colegio. A eso de las 6 a.m., empieza a organizar su casa y a las 7 de a.m. acompaña a su esposo en el recorrido que realiza como conductor de una ruta escolar, en la que transporta a niños pequeños.  

Al retornar, sigue con las labores de limpieza y comienza a preparar el almuerzo. Sobre el mediodía, sale nuevamente con su esposo a recoger a los pequeños. Al llegar a su hogar termina de cocinar y espera a su hija para atenderla de su regreso de clases. 

Su extenuante rutina apenas empieza, pues ha transformado su hogar en un lugar lleno de creatividad y oportunidades económicas para el sustento de su familia. En cualquier momento llega un cliente para que le arregle las uñas, alguien que necesita una copia o un niño a comprar un dulce. En el momento de la realización de esta entrevista, la interrumpieron un par de veces para pedirle “una recarga para celular” y “una gaseosa”.  

A sus 42 años, Yolima Patricia Pérez Marchena, como es su nombre completo, dedica tiempo, alma y corazón a lo que llama su “pequeño gran negocio”, donde vende perfumes, ropa, bolsos, accesorios, productos de aseo para el hogar y piñatería.  Quien llega a su casa, se sorprende al ver una sala atestada de surtido, dividida por secciones en vitrinas, tal como un supermercado. 

Yoli debe combinar las labores en casa con su emprendimiento, donde no solo vende productos, sino que ofrece sus servicios de manicurista que aprendió al ver videos en YouTube. Ella, literalmente, trabaja día a día “con las uñas”.  

 
En una ciudad donde las tareas domésticas siguen recayendo en la mujer, Yoli siente que el dormir es perder el tiempo, pues hasta al sentarse pierde segundos valiosos. “Tengo muchas cosas que hacer”, afirma. Así les sucede a muchas en Cartagena que se dedican a las labores domésticas. Según la Encuesta de Percepción Ciudadana 2023 de Cartagena Cómo Vamos (CCV), el 16% de las mujeres afirma ser responsable de las labores del hogar y de cuidado en casa, mientras que en los hombres este porcentaje es del 4%.

“Me levanto a las 5 a.m., y trabajo hasta las 10 p.m. A esa hora siento que ya no doy más, por eso cierro por completo y listo, a empezar nuevamente al día siguiente”, agrega. 

Ella forma parte del 54% de los trabajadores informales en Cartagena, quienes, a pesar de esforzarse por ganarse la vida con ventas y actividades diarias, no cotizan ni salud, ni pensión debido a las condiciones de su empleo. Este es un desafío aún mayor para las mujeres, ya que en Colombia solo el 12% logra acceder a una pensión, en comparación con el 22% de los hombres, según un estudio realizado por la Universidad de los Andes. 

*** 

Yoli nació en Barranquilla. Una vez terminó el bachillerato decidió estudiar Análisis y Programación de Computadores, pero por falta de recursos económicos no pudo finalizarlos. Por casualidades de la vida llegó a Cartagena hace 12 años, con muchas ilusiones y ganas de salir adelante que, con el tiempo, se fueron desvaneciendo por no contar con apoyo suficiente. 

Su primer trabajo en Cartagena fue como promotora turística, pero nunca se sintió cómoda para venderles los paquetes a los visitantes, así que decidió internarse en una casa de familia, donde se hizo cargo del aseo. Estando en este trabajo, un día, mientras lavaba el baño, cayó sentada sobre el duro suelo mojado. 

A partir de ese incidente, comenzaron a surgir molestias en su espalda que le dificultaban caminar. Después de consultar a un médico, recibió el diagnóstico de hernia discal y fue sometida a dos intervenciones quirúrgicas. Durante la segunda operación, se vio obligada a guardar reposo. «El médico me advirtió que si se daba una tercera cirugía no iba a quedar bien. Me enfrenté a la posibilidad de depender de una silla de ruedas, un bastón o muletas. Por tanto, me tuve que cuidar», explica. 

Asegura que “ya no es lo mismo que antes” y que no tiene “el mismo ritmo”. Pero, aunque se levante con dolencias, saca, no sabe de dónde, las fuerzas para dedicarse, prácticamente sola, a las labores de su hogar porque su esposo, como conductor, se ve obligado a estar fuera de casa la mayor parte del tiempo. “Son más de 12 años en los que mi espalda ha sufrido, no solo por los oficios en la casa, sino también por el trabajo de manicurista, pero me tomo una pastilla y pa’ lante”, manifiesta con firmeza.  

Como dice una vecina, “Yoli no se queda quieta”. Su emprendimiento desde casa ha ido creciendo con cada nueva solicitud que le hacen los clientes: “¿Tú no vendes bisutería?, ¿no vendes aretes?, pero ¿tú no vendes tintes?”, le preguntaban. “No, no tengo, pero buena idea, la próxima sí habrá”, respondía. 

Al igual que Yoli, en Cartagena y Colombia, muchas mujeres esperan la mejora de su calidad de vida. Es por esto que para ella cada momento de su día es una oportunidad para cumplir su gran sueño de crear empresa y ampliar su negocio.  “Pienso mucho en mi hija, en dejarle una estabilidad, dejarle una base, ese sería mi mayor orgullo”, comenta. 

Fotografías: Luisa Fernanda Paternina Buelvas

*** 

Aunque Yoli trata siempre de tener una actitud optimista, muchas veces no le es suficiente. “A veces me deprimo. Cuando sientes que lo que haces no te alcanza o cuando llega el momento de pagar alguna cuenta y todavía no está la plata, pero tienes que buscarla de otra manera. Eso me desespera, me estresa y me deprime”, apunta.  

Las mujeres viven estas situaciones a diario. Dunia León Fajardo, coordinadora en Bolívar del Movimiento Ruta Pacífica de las Mujeres, asegura que esto “tiene que cambiar”. Insiste en la creación de políticas públicas que garanticen a las mujeres una vida digna. “Se les debe reconocer lo que hacen y retribuirles con pensiones especiales a aquellas que no cotizan por tener ingresos de sobrevivencia”, afirma León Fajardo.  

Aunque un informe de la ONU Mujeres Colombia y el DANE muestra que las horas de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados de las mujeres equivalen a casi el 20% del Producto Interno Bruto (PIB), Dunia asegura que “mientras no se reconozca que eso vale y que aporta al PIB del país, no se hará nada. Hay que visibilizar el valor que tiene ese trabajo.” Por esto, es necesario cuidar al cuidador. Sacar tiempo para múltiples actividades significa para las mujeres una carga que las afecta física y emocionalmente.  

El mismo informe indica que, en Colombia, las mujeres dedican casi 8 horas al día en actividades de trabajo no remunerado y los hombres solo 3 horas. Ante esto, es imperante que los demás miembros de las familias se involucren en las tareas del hogar. “Esa percepción de que las mujeres que se ocupan del cuidado del hogar son desocupadas o mantenidas no es real. El trabajo que ellas hacen es muy valioso”, manifiesta Dunia.  Los hombres tienen responsabilidades en igual medida a las mujeres cuando de las labores del hogar se trata. No es una ayuda la que ellos proporcionan, es una corresponsabilidad que, de ser cumplida, aliviaría la carga de muchas mujeres y mejoraría su calidad de vida. 

Las problemáticas en Cartagena que tienen rostro de mujer

Descripción de la imagen

Descubre las historias de Carmen, Yoli y Kelly, y comprende los desafíos que enfrentan estas mujeres en su diario vivir, así como las demandas que sus situaciones individuales plantean para mejorar la calidad de vida de todas las mujeres en la ciudad.

Leer más

De la bata de laboratorio al delantal: el camino de Kelly por conseguir empleo

Descripción de la imagen

Kelly Rodríguez es un ejemplo vivo de la brecha de género en el mercado laboral en Cartagena. A sus 42 años, esta ingeniera química y madre soltera de una joven universitaria, ha enfrentado obstáculos que reflejan las desigualdades en la búsqueda de empleo entre hombres y mujeres.

Leer más

Sacrificios de una madre: la lucha de Carmen contra la adversidad

Descripción de la imagen

Carmen, madre soltera de 47 años, enfrenta la difícil realidad de vender chance ilegal en Cartagena para mantener a su hija. Su historia refleja las luchas de las mujeres en condición de pobreza e inseguridad alimentaria que buscan una mejor vida para su familia.

Leer más

Últimos análisis

NUESTROS SOCIOS Y ALIADOS