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Calidad de vida en Cartagena, un panorama desolador

El programa Cartagena Cómo Vamos (CCV) presenta su más reciente informe, dando cuenta de cómo va la calidad de vida en un reporte que analiza, con una mirada integral, los temas estructurales que merecen ser priorizados para superar problemáticas históricas en el Distrito.

El Informe de Calidad de Vida 2021, muestra el comportamiento de los indicadores desde 2015 hasta 2020 y, en los casos donde hay información disponible, preliminares 2021, encendiendo alertas en la Cartagena de hoy.

Los datos consolidados para 2020, evidencian las primeras transformaciones de la pandemia sobre la calidad de vida y muestran cómo cierra el primer año de la administración “Salvemos Juntos a Cartagena”, mientras que los datos parciales del 2021 representan los efectos iniciales de la recuperación.

Para efectos de análisis, el informe agrupa los temas en cinco anillos que engloban los aspectos que integran la calidad de vida: activo de las personas, hábitat, cultura y participación, desarrollo económico y buen gobierno.

Reacciones sobre el informe

Nicolás Pareja, director del periódico El Universal y miembro del comité directivo del programa, asegura que: “Cartagena Cómo Vamos, es un programa ciudadano, riguroso e independiente que realiza seguimiento y monitoreo a los cambios en la calidad de vida de los cartageneros, caracterizado por mantener posiciones objetivas conservando su autonomía”. También agregó que CCV “nos convoca a centrar la atención en lo importante, a reflexionar sobre el rumbo de la ciudad y a tomar decisiones, siempre a partir de datos e información confiable”.

Por su parte Eliana Salas Barón, directora de Cartagena Cómo Vamos, encargada de analizar los datos y destaca que: Si hacemos un resumen de los resultados del informe, revisando los avances y retrocesos en 2020 de cada dimensión en relación con 2019, vemos que la calidad de vida de la Cartagena de hoy muestra un escenario desolador, un retroceso generado principalmente por la pandemia. El 46% de los aspectos evaluados desmejoraron, donde preocupan temas como ambiente, desarrollo económico y pobreza.

Análisis de los resultados

En términos generales los indicadores no muestran avances

Temas como calidad educativa, déficit habitacional, gestión del riesgo, homicidios, recaudo de predial e ICA, gastos de funcionamiento, infraestructura vial y deportiva, Transcaribe, empleo, pobreza y desigualdad se han agravado en el en Cartagena en relación con 2019.

Por falta de información, no es posible conocer la situación actual de la cobertura de energía eléctrica, la calidad del aire, la problemática del ruido y el espacio público en la ciudad.

Sin avances se encuentran indicadores como coberturas en educación, extraedad, reprobación, transición y deserción a la educación superior. En salud, la mortalidad materno-infantil, bajo peso al nacer y embarazo adolescente. Tampoco se observan avances en las coberturas de los servicios públicos en la ciudad.

Solo se observan avances significativos en temas como deserción escolar, que puede responder a la flexibilización de la educación remota, y en temas como hurtos, violencia sexual e intrafamiliar, por disminuciones en la denuncia.

Es necesario que como ciudad adelantemos trabajo en varios frentes, la formulación y puesta en marcha de planes y estrategias en pro de reencausar la economía cartagenera, así como la aceleración en la ejecución del plan de desarrollo. Esto, junto con avances rápidos en el plan de vacunación para frenar la crisis generada por la pandemia.

Los colegios oficiales continúan con malos resultados de calidad educativa

La pandemia ha modificado el levantamiento de información, el seguimiento de indicadores; ha suspendido la auditoria a la matrícula, flexibilizado el trabajo en casa, la regularidad en la asistencia y atención a las actividades escolares.

Por estas razones se mantuvo el nivel de cobertura con más de 236 mil niños, niñas y jóvenes matriculados en 2020 y un nivel de deserción de 2,5% que fue significativamente inferior al registrado en 2019 (4.0%). Si bien la tasa de deserción muestra una tendencia decreciente en los últimos años, llama la atención que, en un año de pandemia, caracterizado por educación virtual con bajos niveles de acceso a internet y equipos tecnológicos, la deserción mostrara esta reducción.

En 2020, 8 de cada 10 estudiantes asisten a una institución educativa oficial en Cartagena, sin embargo, según datos preliminares de 2021, se observa un aumento de la matrícula oficial y disminución de la privada, lo que puede estar relacionado a la crisis económica resultante de la pandemia.

La mayoría de los matriculados en la ciudad se concentraron en educación básica: un 43% en primaria y un 34% en secundaria. La educación preescolar y media que son el inicio y el final del proceso educativo, concentraron el 10% y el 13% respectivamente.

En Cartagena los colegios oficiales continúan con malos resultados de calidad educativa: el 82% de estos se encontraban en las categorías C y D las más bajas de las pruebas Saber 11. En este mismo nivel se encuentran el 40% de los colegios privados, es decir, se reduce casi a la mitad si se compara con los oficiales.

Alrededor de 1 de cada 10 niños, niñas y jóvenes matriculados en los colegios tienen más de dos años de diferencia con el grado que les corresponde por su edad. En lo que va del 2021, 8 de cada 10 niños en extraedad en estas instituciones educativas, están en primaria o secundaria.

Otros temas que atender en salud

La pandemia se convirtió en el centro de la atención en salud y fue la principal causa de mortalidad en la ciudad en 2020. Aun así, otros temas de salud pública merecen atención.

Las muertes maternas son evitables y desde 2013 se muestra un comportamiento creciente en la tasa, llegando a 52,6 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos entre 2019 y 2020. A corte de agosto del 2021 ya se han presentado 9 muertes maternas en la ciudad.

La mortalidad infantil muestra un comportamiento estático en los últimos años. En 2020, hubo un total de 191 casos. A julio del 2021, la ciudad reporta un total de 122, es decir, en los primeros 6 meses del año ya se superó el 60% de los casos en comparación al año pasado, los barrios con mayor número de casos fueron: Olaya Herrera, El Pozón y Nelson Mandela.

En Cartagena, disminuyó el número total de partos en un 7%, pasando de 18.872 en 2019 a 17.508 en 2020. Sin embargo, 2.798 madres entre los 10 y los 19 años quedaron embarazadas, lo que representa el 16% de los partos en la ciudad. Estos casos se dieron principalmente en barrios como: Olaya Herrera, Nelson Mandela, El Pozón, La María y La Esperanza.

Los casos de dengue muestran una alarma desde el 2019, con más de mil casos al año. En datos preliminares, en agosto del 2021 ya se había alcanzado el número de casos del año anterior, que registró un total de 1.153.

129 mil cartageneros se encontraban en condición de miseria

En 2020 aumentó la pobreza monetaria en la ciudad.  El 47,8% de la población estaba en estas condiciones, lo equivalente a más de 491 mil cartageneros que no contaban con al menos $360.187 al mes para acceder a alimentación, vivienda u otros artículos de primera necesidad. Entre las cinco principales ciudades del país (Bogotá, Calí, Medellín y Barranquilla), Cartagena es la ciudad con mayor nivel de pobreza monetaria.

Por otro lado, en 2020, Cartagena tenía cuatro veces más personas en pobreza extrema. En otras palabras 129 mil cartageneros se encontraban en condición de miseria, lo que quiere decir que no obtienen al menos $147.600 al mes para cubrir su alimentación.

De acuerdo con el DANE, en julio de 2021, 7 de cada 10 cartageneros comían menos de tres comidas diarias. Esto como consecuencia de los altos niveles de pobreza en la ciudad.

Se duplicó el desempleo en solo un año

La crisis económica generada por la pandemia tuvo efectos importantes en el empleo de los cartageneros.

Se redujo la tasa de ocupación volviendo a los niveles de hace 16 años, generando la perdida de alrededor de 49 mil puestos de trabajo a 2020. A pesar de la situación por COVID-19 en el mercado laboral cartagenero, en el trimestre mayo-julio del 2021 la tasa de ocupación fue del 50%, lo que representó un aumento de 10 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2020 (40%), es decir, un total de 88 mil empleos recuperados.

La recuperación del empleo responde al aumento de 18 mil empleos informales, es decir, las afectaciones de la pandemia en el mercado laboral no han sido solo en la pérdida de empleos sino de la calidad del empleo en la ciudad.

La tasa de desempleo registrada en 2020 llegó al 14,9%, porcentaje que no se registraba desde el año 2006. Esto después de que en 2019 la ciudad alcanzó su mínimo histórico, cuando el desempleo se ubicó en un 6,8%.

Durante el 2020, se alcanzaron niveles récord en la desocupación juvenil, más de 29 mil personas entre los 14 y los 28 años estuvieron sin empleo, disparando la tasa a un 27,8% su máximo histórico en los últimos 14 años. En mayo-julio de 2020, se registró un porcentaje de 36,2%, el cual es más del doble al 16% registrado en el mismo periodo de 2019.

Seguridad

En Cartagena los problemas de seguridad no son exclusivos de una zona, sin embargo, se hace evidente que se concentran en la localidad de la Virgen y Turística y particularmente en la Unidad Comunera de Gobierno 6 para los barrios de Olaya y El Pozón.

Aumentaron los casos de muertes violentas, hasta el 31 de julio de 2021 se han registrado 262 casos. El aumento responde principalmente a los homicidios, que siguen generándose por falta de convivencia ciudadana principalmente, pasando de 197 casos en 2019 a 232 en 2020, 35 casos más.

Perfil de los homicidios en Cartagena durante el 2020

  • El 95% de las víctimas de los homicidios son hombres, de los cuáles, el 70% tiene menos de 34 años.
  • El 41% de los homicidios se dieron en circunstancias de violencia interpersonal.
  • El principal mecanismo causal de los homicidios fue el proyectil de arma de fuego, responsable del 63% de estos.
  • Abril fue el mes en que mayor registro de homicidios hubo en la ciudad. Se produjeron el 12% del total.
  • El domingo fue el día de la semana que más sucedieron homicidios. Cerca de 1 de cada 5.

La disminución en los indicadores de violencia intrafamiliar, presuntos delitos sexuales y hurtos, son reflejo de los efectos que trajo el cierre de los canales de denuncia presenciales y la lenta adaptación de algunos virtuales en los primeros meses de la pandemia, así como de la limitación a la circulación de la ciudadanía.

La situación del ambiente en Cartagena es crítica

Los indicadores necesarios para medir el ambiente en la ciudad, no se están monitoreando con las frecuencias y las condiciones deseadas, lo que impide tener una visión completa de la situación en la ciudad. Desde 2013 no se actualizan los mapas de ruido y la última medición de la calidad del aire fue en mayo del 2020.

Para ese mismo año, no se tomaron muestras en todos los cuerpos de agua en Cartagena. Solo se midieron el Caño de Juan Angola, la Laguna del Cabrero, el Mar Caribe y la Ciénaga de la Virgen, dejando por fuera a la Bahía de Cartagena, la Ciénaga de las Quintas y la Ciénaga de Juan Polo.

Respecto a los parámetros que se evalúan se encontró que los Sólidos Suspendidos Totales (SST) están en el rango de buena calidad; Fósforo y Ph en niveles adecuados. Mientras que la Demanda Bioquímica de Oxígeno a cinco días (DBO5) resultó adecuada únicamente en el Mar Caribe. Finalmente, los niveles de Coliformes Fecales y Totales están muy por encima de los rangos deseados.

Cambio climático en Cartagena

De acuerdo con los datos de IDEAM, la temperatura media en Cartagena ha tenido una tendencia creciente desde 1982. Aumentos pequeños en la temperatura pueden tener grandes repercusiones sobre los ecosistemas, el nivel del mar y los fenómenos meteorológicos.

Cartagena está especialmente expuesta por ser una ciudad costera. Se deben implementar pronto planes de mitigación y adaptación al cambio climático. Además, gobierno y ciudadanía debe adoptar mejoras en sus hábitos de consumo: ahorrar energía, no arrojar basura, disminuir las emisiones de combustibles, entre otros.

Siete retos para fortalecer el sistema de justicia y las instituciones locales

Promover la justicia abierta y moderna es uno de los principales desafíos que propone este informe, evocando los principios de transparencia, participación, rendición de cuentas e innovación para el fortalecimiento de la justicia local.

El jueves 24 de junio se realizó el lanzamiento del informe Justicia Cómo Vamos, una iniciativa de la Fundación Bolívar Davivienda, Fundación Corona, Red de Ciudades Cómo Vamos y la Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ), que tiene como propósito monitorear y hacer seguimiento al conocimiento, acceso y calidad de la justicia en las ciudades de Colombia para conocer el estado actual del sistema de justicia local y contribuir a una mejor toma de decisiones.

Una de las principales preocupaciones del país es la situación de la justicia, teniendo en cuenta la importancia que representa para el desarrollo sostenible de la sociedad y para la resolución de conflictos, además de su labor esencial de protección integral de los derechos.

Por ello, el acceso a la justicia es uno de los derechos fundamentales para el desarrollo de la ciudadanía, y también se encuentra enmarcado dentro de las principales prioridades de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Su fortalecimiento debe permitir un acceso equitativo, eficiente, eficaz y oportuno para todos los ciudadanos y ciudadanas.

Es así como nace el proyecto Justicia Cómo Vamos, el cual realiza un diagnóstico sobre el conocimiento, acceso, calidad y percepción general de la ciudadanía respecto al funcionamiento de la justicia en 17 ciudades de Colombia. El estudio busca ser un insumo que permita conocer aspectos críticos para acercar la justicia a los ciudadanos en el marco de un Estado de derecho, y contribuir al fortalecimiento de la planeación, gestión y financiación del sistema de justicia a nivel local.

Las ciudades pertenecientes a la Red Cómo Vamos que hicieron parte de este informe entre los años 2018 y 2019 a través de un análisis combinado entre datos oficiales e indicadores de percepción ciudadana fueron Armenia, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Buenaventura, Cali, Cartagena, Chía, Ibagué, Manizales, Medellín, Montería, Pereira, Piedecuesta, Socorro, Yumbo y Zipaquirá.

Principales resultados

La falta de confianza y la ineficiencia del sistema son una de las principales razones por las cuales las personas no acuden a la justicia para resolver sus conflictos. De acuerdo con la encuesta de percepción ciudadana, el 43% de los encuestados piensa que la gente no acude en todas las ocasiones al sistema de justicia al considerarlo lento, además 3 de cada 10 ciudadanos consideran que la ciudadanía no acude al sistema de justicia debido a que no hay confianza en las entidades.

El desconocimiento de las diferentes entidades que componen el sistema de resolución de conflictos a nivel local influye en el debido acceso a la justicia por parte de los ciudadanos. En promedio, del 42% al 53% de los ciudadanos no conoce los centros de conciliación o los conciliadores en equidad; del 14% al 26% de los encuestados no conoce las comisarías de familia, juzgados, fiscalía o las inspecciones de policía.

La cantidad y calidad de la infraestructura física es uno de los principales retos que enfrentan las entidades de la justicia local, lo cual influye y afecta la calidad del servicio y la percepción de los ciudadanos. En muchas de las ciudades estudiadas se evidenció deficiencias en la infraestructura física para la prestación de los servicios que se manifiestan en espacios reducidos o insuficiente número de puestos de trabajo. El hacinamiento carcelario es el principal obstáculo para la resocialización de los internos que, aunado a la carente prestación de servicios esenciales dentro de los establecimientos carcelarios, configuran un detonante para fenómenos como la reincidencia.

En la mayoría de las ciudades se manifestaron dificultades operativas por la falta de personal de planta, las limitaciones del recurso humano de apoyo asignado y la excesiva rotación del personal. De las 17 ciudades y municipios de la Red Cómo Vamos que fueron examinadas, las comisarías de familia cuentan mínimo con un comisario(a), un trabajador(a) social y un psicólogo(a); en algunas de ellas este personal no es fijo y no presta sus servicios de manera continua durante todo el año, siendo insuficiente para la carga de trabajo existente.

Las entidades de justicia a nivel local son apéndices de las alcaldías, pero reciben poca priorización y recursos financieros para su funcionamiento, aun cuando son parte integral de la estructura administrativa local. En la mayoría de las ciudades analizadas, las comisarías de familia no están incorporadas en el Plan Operativo Anual de Inversiones (POAI) o en el presupuesto del municipio, careciendo de un rubro que permita un efectivo funcionamiento de estas. Por otro lado, un número reducido de municipios señaló que hubo un presupuesto para las inspecciones de policía, aunque algunos especificaron que fue un presupuesto compartido, destinado también para las casas de justicia y las comisarías de familia.

El sistema de justicia presenta dificultades de articulación, entre las entidades a nivel local y las instituciones de orden nacional, lo cual afecta la prestación de un servicio eficaz y de calidad. Con relación a las comisarías de familia, se evidencia una desarticulación interinstitucional con Policía Nacional, Fiscalía e ICBF, dado que carecen de acceso permanente a la base de datos del Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA), operado por la Fiscalía, lo cual dificulta el trámite de las denuncias.

Se evidencian retos en el uso de recursos tecnológicos que no sólo afecta el acceso a la información de la gestión de las entidades locales, sino que presenta limitaciones para una prestación más eficaz y ágil de la justicia. En las instituciones del sistema de justicia a nivel local, se evidencia la falta de herramientas tecnológicas que les permitan prestar sus servicios con mayor eficiencia, eficacia y calidad. De igual forma, la carencia de recurso humano impide que dichas entidades tengan un contacto más efectivo y permanente con el ciudadano, lo que genera la imposibilidad de ejercer control sobre los procesos que se adelantan en cada una de las instituciones (rendición de cuentas).

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Resultados Índice de Ciudades Universitarias

El pasado jueves 3 de junio se presentó los resultados de la tercera versión del Índice de Ciudades Universitarias- ICU, una iniciativa de la Fundación Lúker y la Red de Ciudades Cómo Vamos el cual propone una mirada integral al concepto de “ciudad universitaria”.

¿Qué es el ICU?

El Índice de Ciudades Universitarias, es una herramienta que permite analizar y evaluar las condiciones que ofrece las ciudades colombianas a los estudiantes universitarios. Combina 5 dimensiones de análisis: calidad de la educación superior, el ambiente universitario, el costo de vida, la calidad de vida en las ciudades y la empleabilidad de los egresados.

Las ciudades que participan en la actual versión del ICU son: Armenia, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Pereira, Manizales, Medellín, Ibagué, Montería, Quibdó y Santa Marta.

¿Qué no es el ICU?

El Índice de Ciudades Universitarias no se trata de un ranking comparativo de Instituciones de Educación Superior en materia de calidad, ni de un diagnóstico de la educación superior en el país. Más bien, es una herramienta de análisis y reflexión sobre las dimensiones anteriormente mencionadas.

¿Cómo se mide?

Para la elaboración del ICU se parte de un modelo conceptual basado en cinco dimensiones clave para considerar a una ciudad “ciudad universitaria”.

En una escala del 0 a 100 donde a mayores puntajes existen mejores condiciones para los estudiantes universitarios.

Para construir el ICU se elabora un promedio ponderado de cinco índices correspondientes a cada una de las dimensiones del modelo conceptual. Para cada una de las dimensiones se construyó un índice particular así: Calidad de la Educación Superior 25%, Ambiente Universitario 20%, Costo de Vida 20%, Calidad de Vida 10%, Empleabilidad de los Egresados 25%.

Resultados generales

Para el año 2019, las ciudades con los mejores resultados en el ICU fueron; Manizales, Medellín, Pereira, Barranquilla, Bucaramanga y Cali, respectivamente. Por otro lado, las ciudades que ofrecen las condiciones menos favorables para los estudiantes son Cúcuta, Armenia y Quibdó. Este grupo presenta problemas ligados a la calidad de la educación superior, el ambiente universitario y la empleabilidad de los egresados.

De las 14 ciudades analizadas en esta tercera entrega, 8 presentaron mejoras entre 2014 y 2019. Se destacan Cali, Pereira, Barranquilla y Quibdó. Las únicas ciudades que presentaron un retroceso relevante durante dicho periodo fueron Santa Marta y Armenia. Medellín, Bucaramanga y Bogotá tuvieron ligeros retrocesos, pero inferiores a 2 puntos porcentuales.

Resultados para Cartagena

Cartagena obtuvo en 2019 un ICU de 46.30 puntos, más de 7 puntos por debajo del promedio nacional, ocupando así el noveno lugar en un ranking de 14 ciudades de la Red Cómo Vamos que se incluyeron en el análisis.

Si se comparan los resultados de 2019 con 2018, el ICU en Cartagena aumentó 5,12 puntos. Esto se puede explicar principalmente por las mejoras en las dimensiones de Calidad de Vida y Empleabilidad de los Egresados donde aún se mantiene resultados intermedios, mientras que, el Costo Vida, presenta una desventaja relativa por los costos de la alimentación y el transporte.

A pesar de estas mejoras, los resultados de 2019 indican que aún quedan retos por vencer con relación a las condiciones universitarias de la ciudad. Es importante que, desde la Administración local y departamental, la academia y el sector privado, se empiecen a ejecutar estrategias integrales y articuladas, en aras de mejorar las condiciones de la educación superior de Cartagena.

Ficha para Cartagena

 

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