Prevención del suicidio en Cartagena: aumentan los casos en lo que va del 2025

Fotografía: Cartagena Cómo Vamos
En el marco del mes de la prevención del suicidio, la Organización Mundial de la Salud recuerda que el suicidio es prevenible y que su abordaje oportuno mejora la calidad de vida de las personas, las familias y las comunidades. Cartagena Cómo Vamos analizó los datos recientes de la Heroica.
Crece la alerta sobre la salud mental en 2025
De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal, los suicidios bajaron de 54 en 2023 a 33 en 2024, una variación de -39%. Por su parte, el Departamento Administrativo Distrital de Salud (DADIS) reportó una disminución en los intentos de suicidio, de 610 en 2023 a 509 en 2024 (-17%).
No obstante, los registros más recientes de 2025 advierten cambios que requieren especial seguimiento: hasta julio de este año se reportan 25 suicidios, frente a 20 en el mismo periodo de 2024, lo que implica un aumento del 25%. Adicionalmente, a corte de 9 de agosto (semana epidemiológica 32), DADIS registró 369 intentos de suicidio, frente a 327 en la misma semana de 2024, un incremento del 13%.
Principales factores de riesgo
Los datos también revelan grupos de mayor vulnerabilidad. Hasta el 9 de agosto de 2025 se han registrado 113 intentos de suicidios en adolescentes entre los 15 y 19 años, que representan el 31% del total de intentos. Además, el 30% de los intentos corresponde a personas con antecedentes de intentos previos, lo que evidencia la importancia del seguimiento continuo.
Estos hallazgos orientan prioridades de política pública: reforzar la protección de adolescentes y jóvenes en entornos educativos y comunitarios, y establecer protocolos sólidos de continuidad en la atención para quienes ya han presentado conductas de riesgo.
Acciones y recomendaciones clave
Cartagena Cómo Vamos destaca que la vigilancia en tiempo real y la identificación de factores de riesgo son esenciales para responder al aumento de los casos en 2025; por ello, la prevención debe combinar acciones universales dirigidas a toda la comunidad con intervenciones específicas en poblaciones de mayor vulnerabilidad, especialmente en colegios y universidades. Asimismo, la reincidencia exige la implementación de rutas claras de cuidado y acompañamiento posterior a la crisis, fortaleciendo la coordinación interinstitucional para garantizar una atención oportuna y efectiva.
Las políticas efectivas necesitan datos oportunos, decisiones basadas en evidencia y un trabajo articulado entre el sector salud, la educación, la familia y la comunidad.